sábado, 11 de mayo de 2013

Las callecitas de Buenos Aires tienen ese no sé qué..........

Caminando por  Buenos Aires 
bromatológicamente incorrecta

Hace tiempo que me ronda la idea de sacar fotos de algunas escenas bromatológicamente incorrectas que se ven a diario en nuestra querida ciudad. Después de solo pensarlo finalmente empecé.



Comer en la calle: este puesto callejero nos muestra tantos errores en la manipulación de alimentos, que es difícil elegir por dónde empezar. Los chorizos y hamburguesas precocidos a temperatura ambiente esperando que alguien los pida, genera la pregunta desde qué hora están ahí?, conocemos la procedencia? habrá un pelo en el sandwich ya que el manipulador no tiene la cabeza cubierta? Las salchichas, no deberían estar refrigeradas? Al armar el sandwich, cómo se sacará la suciedad de la mano que le pasó el  trapito rejilla con el que se apoya en el borde de la parrila? la lechuga y el tomate estarán desinfectados?


Vidriera de una pollería: la contaminación cruzada en su máxima expresión. La contaminación cruzada es el traspaso de la contaminación de un producto a otro. Muchas veces inadvertidamente puede ocurrir a través de las manos, las tablas de corte, los cuchillos o los trapos que se utilizan, sin embargo en este caso llegamos a la máxima expresión, un pollo crudo potencialmente contaminado está expuesto tocando un arrollado de pollo cocido listo para consumir. El arrollado de pollo si estuvo bien cocinado y enfriado era un alimento inocuo hasta que se recontaminó al estar íntimamente en contacto con el pollo crudo. Qué riesgo!

Para estar atentos sobre dónde comemos y dónde compramos!

Hasta la próxima!

Dra. Mariana Koppmann

3 comentarios:

Patchwork y Cia dijo...

Imposible comer afuera sin pensar que me voy a intoxicar!!!!
Buenísimo el reporte.

Nelson dijo...

No obstante cuando menciono el tema en una conversación con amistades o familia siempre surge una mirada idilica sobre la comida de la calle. La gente de bs as, parece desconfiar metódicamente de la carne de las grandes corporaciones impersonales como Mc donalds, pero le entragan su salud incondicionalmente a estos puestos de comida callejera. A los que ven con añoranza de tiempo más simples, donde trabajan laburantes sacrificados, que proveen un producto ligado a su identidad como clase social. Si comes ahi es un indicio de que no sos careta y podés disfrutar de lo sencillo. Si comes ahí indica que no te vendiste al sistema, y un montón de pavadas como esas. También he notado una busqueda de sensaciones peligrosas, una aventura, una especie de deporte de riesgo que los saque del aburrimiento y la seguridad urbana.

Anónimo dijo...

Yo tenía un par de fotos de un bar/restaurante de Palermo, en donde las cucarachas nos visitaron ni bien llegamos. Le dijimos al mozo y no hizo nada. Tal vez para ellos es normal convivir con estos indicadores de la suciedad.